Pàgines

13 de gen. 2014

Comiéndote a besos

Has entrado en cada poro de mi piel desde el momento en que mi estómago dio un vuelco. Dudé (mucho) de si lo que se pasaba por el alma era un espejismo o era real. Y sé que esto no garantiza mi futuro, ni falta que hace, porque lo que yo quiero es lo que siento ahora, y todo aquello de ti que está fuera me trae sin cuidado. No me resigno a perderte sin más, a dejar de sentirme especial y a querer abrigarte con mis abrazos y a arroparte con mi mano en tu muslo. Me gusta mirarte cuando tu rostro está serio, y entonces, sonríes, y me riñes, y siento un movimiento a la altura del abdomen que ni quiero ni puedo controlar. Me sacas una sonrisa cada vez que te leo y una felicidad inmensa con solamente compartir contigo cafés, tonterías, cenas, caricias y cama. No me resigno a dejar pasar el tren, a dejar ir sin más lo bonito que la vida me ofrece, porque me arrepentiría toda la vida de no haber comprobado qué hubiera pasado. Habrá trabas, dificultades y problemas. Pero estaré a tu lado, detrás o delante. Por mí y por ti, porque hay cosas que no se merecen, y contra eso no se resigna, se lucha, aunque cueste, y aunque pese.
Y sí, qué fácil es hablar desde el otro lado. Pero por eso lo hago, porque tú no puedes. Por eso tiraré de esto, porque estoy en este lado. Porque una profecía es un deseo que, tarde o temprano, acaba por cumplirse. Pero no hay que desistir. Yo no voy a hacerlo.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada